Una agradable visita| Adam

-No te preocupes, agradezco tu intento de comprender lo que me ocurre pero ni yo mismo se que fue, pero cuando lo sepa seras la primera en saberlo. -dije con una sonrisa un tanto esperanzadora.

Mi corazon sigue agitándose, basta una mirada de ella para hacer que se mueva mas rápido, me siento nervioso, atontado, no se que es esta extraña sensación pero aunque es nueva, me gusta, me siento bien, me siento extasiado, observo su rostro, sus ojos, sus labios, no hay una parte en ella que no active esa sensación, estoy muy cerca de ella pero quiero estar mas, no se porque tampoco me preguntes. Intento no cometer una locura, no puede estar bien lo que quiero hacer, aun asi lo hago, me acerco mas a ella, manteniendo un rubor en mis mejillas que ya parece ser eterno, me da igual todo, voy a cometer una estupidez seguro, no me importa, estoy a apenas unos centímetros de esos anhelados labios, rompo la distancia con un beso, quien sabe si estoy haciendo bien o mal, pero es lo que quiero hacer.

Entonces, nos quedamos en silencio, con el sonido del viento, con algunos rayitos de sol que nos acarician el rostro, sonrío, mi corazón bombea demasiado fuerte, la atracción nos lleva demasiado cerca, espero que no lo note, espero que no se de cuenta, pero mis mejillas ahora están enrojecidas, me cuesta respirar, estoy nerviosa, mi pulso esta a una velocidad vertiginosa, esto no tiene que ser bueno.

Se acerca, más y más, Dios mio, ¿Qué va a hacer?¿Por qué juega de esa forma con mi pobre corazón? Lo va a notar, y voy a quedar como una estúpida. Nuestros labios se funden en un precioso beso, madre mía, qué locura estamos haciendo. Alguien allí arriba se va a enfadar, un brujo y una vampira que se conocen de seis horas, ¡Qué locura! ¿Y entonces porqué me gusta?¿Porqué no puedo parar de perderme en sus labios rosados?